Un ejemplo de descripción de personas: Retrato de MOMO, protagonista de la obra homónima del escritor alemán Michael Ende, publicada en 1973.
En las ruinas de un anfiteatro, justo afuera de una ciudad
de Italia sin nombre, vive una niña huérfana llamada
Momo.
El aspecto externo de Momo ciertamente era un tanto
extraño y podía asustar algo a la gente que da mucha
importancia al aseo y al orden. Era pequeña y bastante
flaca, de modo que ni con la mejor voluntad se podía
decir si tenía ocho años solo o ya tenía doce.
Tenía el pelo muy ensortijado, negro como la pez, y con todo el aspecto de no haberse
enfrentado jamás a un peine o unas tijeras. Tenía unos ojos muy grandes, muy hermosos y
también negros como la pez y unos pies del mismo color, pues casi siempre iba descalza.
Solo en invierno llevaba zapatos de vez en cuando, pero solían ser diferentes,
descabalados, y además le quedaban demasiado grandes. Eso era porque Momo no poseía
nada más que lo que encontraba por ahí o lo que le regalaban. Su falda estaba hecha de
muchos remiendos de diferentes colores y le llegaba hasta los tobillos. Encima llevaba un
chaquetón de hombre, viejo, demasiado grande, cuyas mangas se arremangaba alrededor
de la muñeca. Momo no quería cortarlas porque recordaba, previsoramente, que todavía
tenía que crecer. Y quién sabe si alguna vez volvería a encontrar un chaquetón tan grande,
tan práctico y con tantos bolsillos.
Momo es una niña con un don muy especial, tiene una habilidad extraordinaria de
saber escuchar. Solo con escuchar consigue que los que están tristes se sientan mejor, los
que están enfadados solucionen sus problemas o que a los que están aburridos se les
ocurran cosas divertidas.
Momo es amiga de todos, pero especialmente con el barrendero Beppo y el guía
turístico Gigi (también conocido como Gigi Cicerone o Girolamo). Además es muy creativa
y tiene una gran imaginación para los juegos, por eso sus amigos jamás se aburren estando
con ella.
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